INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL PECIO DE LA NAVE CAPITANA DE MARTIM AFFONSO DE SOUSA (1531)

El proyecto «Investigación arqueológica del pecio de la Nave Capitana de la expedición de Martim Affonso de Souza (1531)» se propuso el inicio de la investigación académica en arqueología subacuática en el Uruguay, ajustando a la realidad local las técnicas y metodologías de investigación que el creciente impulso de la Arqueología Subacuática ha desarrollado a nivel mundial y demostrar, a través de la calidad de sus resultados, el aporte que la Arqueología Subacuática del Río de la Plata puede hacer al estudio de la Historia.

El navío a investigado la «Nave Capitana», naufragado en el año 1531, pertenecía a la armada portuguesa capitaneada por Martín Alfonso de Sousa, primer hito en los intentos portugueses de expansión hacia el Plata y sus restos son el testimonio de un período clave de la Historia Marítima.

La primera etapa que nos planteamos, previa al trabajo de campo, fue la sistematización de los antecedentes históricos y arqueológicos. Esta es una etapa clave porque, según como se formule, hace la diferencia entre la simple colecta de objetos y la investigación histórica.

La Arqueología Histórica, como herramienta para el conocimiento del pasado, consiste, en lo esencial, en su capacidad para establecer un diálogo conceptual entre los vestigios de la cultura material y el contexto histórico que se está investigando. Es en la sistematización de antecedentes, al ubicarse frente a un problema histórico concreto –en este caso las primeras expediciones navales al Río de la Plata-, que el arqueólogo define las preguntas que hipotéticamente podrían ser respondidas por los vestigios que podría hallar, al tiempo que sienta las bases, una vez analizado el contexto arqueológico resultante del trabajo de campo, para, recíprocamente, formularle a la Historia las preguntas que se derivan de ese contexto y que no tienen respuesta en el modelo establecido inicialmente.

De este modo la «Arqueología Subacuática» es en realidad «Arqueología Marítima», pues su propósito no se limita a los objetos que circunstancialmente puedan haber quedado sumergidos, sino que pretende comprender la relación entre el hombre y el mar en una determinada época y las múltiples variables que a ella están relacionadas.

La búsqueda de antecedentes tiene también un fin práctico inmediato. Por un lado ayuda a seleccionar la metodología de trabajo de acuerdo al tipo de vestigio que estamos buscando –por ejemplo, en este caso, una embarcación de madera-, así como nos prepara para reconocer los objetos diagnósticos –por ejemplo al conocer la variación de los instrumentos de navegación a lo largo del tiempo-. Por otro lado comprende también el conocimiento adquirido sobre la zona que pudiera ser determinante para la elección de la estrategia planteada –por ejemplo tipos de agua y sus efectos sobre la conservación de los materiales o sobre las condiciones de buceo- o, más sencillamente, por el conocimiento empírico que de la misma tienen sus usuarios (pescadores, mariscadores, buzos, coleccionistas, etc.) y sus referencias a barcos hundidos.

Este último aspecto, el de las entrevistas a los usuarios, junto con la observación de objetos hallados en la zona, enfrentó a los investigadores con la necesidad de definir, desde el primer momento, su estrategia para conseguir una adecuada gestión del Patrimonio Cultural Sumergido. Aquí se puso claramente de manifiesto lo que había sido, hasta entonces, la experiencia uruguaya sobre este tema, debiendo enfrentarnos a preguntas tales como «¿qué van a hacer con las monedas?, o el intentar vendernos la información.

Fue necesario cumplir todo una etapa de concientización, de conocimiento mutuo para lo que -descubriendo que detrás de las distintas actitudes se escondían factores de identidad grupal y de su autoidentificación en función de su relación con el mar- integramos al equipo a la Antropóloga Social Leticia D’Ambrosio. Dicha etapa no sólo nos permitió obtener la información solicitada, sino una decidida colaboración de muchos de ellos en diferentes aspectos relativos a la organización y desarrollo de la investigación.

De la sistematización de los antecedentes resultó la localización de un pecio contra la costa –el que de inmediato comenzó a ser utilizado como «Sitio Escuela»- y la selección de las áreas clave para ser prospectadas prioritariamente. En el pecio del sitio escuela se realizó el plano de la distribución de los vestigios encontrados y se retiraron objetos para su identificación. Esto hizo necesario poner en práctica los tratamientos químicos necesarios para la estabilización de los materiales extraídos.



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