Historia Institucional

Nuestra facultad fue creada por Ley 10.658 en 19451. El texto aprobado en la Asamblea General del Poder Legislativo el 9 de octubre establecía la creación dentro de la Universidad de la República de la por entonces denominada Facultad de Humanidades y Ciencias (FHC), a la que se le atribuyó como finalidad esencial «la enseñanza superior e investigación en Filosofía, Letras, Historia y Ciencias».
Dicha norma establecía entre sus cometidos «extender la cultura por medio de la divulgación», «organizar investigaciones de seminario sobre asuntos que atañen a la cultura superior, especialmente los referidos al estudio de las cuestiones nacionales o americanas» y «fomentar la especialización y la investigación superiores». Además, en su artículo sexto se dejaba expresamente establecido que «El plan de estudios solo comprenderá estudios desinteresados y la enseñanza será impartida en forma que la separe nítidamente de aquella que se imparte en las escuelas y facultades profesionales».

En 1945 se nombró como director honorario por un primer período de cuatro años al doctor Carlos Vaz Ferreira y un consejo, también honorario, de seis miembros nombrados por el Consejo Central Universitario a propuesta del rector: el ingeniero Eduardo García de Zúñiga, el profesor Clemente Estable y los doctores José Pedro Segundo, Dardo Regules, Emilio Oribe y Justino Jiménez de Aréchaga2.

El 3 de mayo de 1946 se realizó un acto en el Paraninfo de la Universidad para inaugurar de forma oficial la Facultad de Humanidades.

Inauguración oficial de la Facultad de Humaniades, 3 de mayo de 1946, Paraninfo de la Universidad.

Antecedentes3

La ley que creó la Facultad de Humanidades y Ciencias resulta el corolario de una serie de iniciativas manifestadas a lo largo de tres décadas. El primer proyecto de una enseñanza superior no profesional —profundización, producción, investigación, estímulo al pensamiento original— fue presentado en su cátedra de conferencia por el doctor Carlos Vaz Ferreira en el año 1914, luego de una extensa exposición, que abarcó gran número de disertaciones, tendiente a ambientar su realización.

Dicho proyecto, en realidad, ofrecía dos direcciones ejecutivas:
a) La creación de órganos especiales de enseñanza superior no profesional, fundando un Instituto de Estudios Superiores con cátedras de profundización e investigación en ciencias, filosofía, arte, pedagogía, cuestiones sociales, etc., no subordinadas a ninguna profesión, y cuyo número lo determinaría el monto de los recursos que se pusieran a su disposición. Tal instituto, sostenía el
doctor Vaz Ferreira, debía ser considerado «como un núcleo destinado a desarrollarse y, oportunamente, diferenciarse dividiéndose en las distintas facultades que con el tiempo habrían de existir en nuestro país».
b) Disolver enseñanza superior no profesional en las otras enseñanzas: en las de las facultades profesionales y en las de Secundaria-Preparatoria, Normal y Primaria.
Años después, en 1925, el Consejo Nacional de Administración, mientras era ministro de Instrucción Pública el doctor Carlos María Prando, remitió a la Asamblea General un proyecto de creación del Instituto Nacional de Cultura, que tendría por finalidad «dictar cursos libres de extensión universitaria y cultural dentro de las siguientes materias: Historia de la Filosofía, Historia de la Civilización, Historia del Arte, Historia de las Religiones, Historia del Uruguay, Historia Americana, Filosofía de la Historia, Pedagogía, Ciencia de Educación, Estética, Biología, Psicología, Sociología, Filología, Etnología, Arqueología, Antropología, Geología en sus relaciones con la Historia, Economía Social, Literatura, Artes, Ciencias, Matemáticas y Ciencias Físicas y Químicas».

Detalle del interior del edificio del ex Hotel Nacional sede de la Facultad de Humanidades y Ciencias en el período de 1947 a 1973. Fotografía tomada entre 1985 y 1986

En sus fundamentos, el mensaje expresaba que atendía a «una exigencia de nuestros progresos morales, que imponen en el orden intelectual contornos más dilatados que los de la enseñanza profesionalista y utilitaria» y que el instituto proyectado debía considerarse como un bosquejo de Facultad de Filosofía y Letras, pues contenía sus elementos fundamentales, lo que permitiría hacer un ensayo de ella, «sin impaciencias ni precipitaciones, y con la ventaja, a la vez, de ser menos cerrada, de no ser profesionalista, y de ajustarse en sus gastos a la situación financiera que el país pueda permitir».
Posteriormente, en 1929, el doctor Carlos Vaz Ferreira, en ese entonces rector de la Universidad, presentó al Consejo Universitario un proyecto de Instituto de Estudios Superiores, fundición de los que
había presentado en 1914, que fue aprobado con leves modificaciones y elevado al Poder Ejecutivo. Propugnaba la creación de las siguientes cátedras:

  • Ciencias Matemáticas (esta designación, como todas las siguientes, se entendería en un sentido amplio, comprendiendo ciencias afines, conexiones y proyecciones de cada rama científica)
  • Ciencias Astronómicas
  • Ciencias Físicas
  • Ciencias Biológicas
  • Filosofía del Derecho y de las Ciencias Jurídicas
  • Ciencias Sociales y Económicas, con aplicación especial al problema socialCiencias Históricas en general
  • Historia Nacional y Americana
  • Estética y Filosofía del Arte
  • Historia del Arte
  • Filosofía de las Ciencias
  • Historia de las Religiones
  • Psicología
  • Filosofía
  • Pedagogía y ciencias correlacionadas,

a las que se les agregarían cinco más cuyas materias iría determinando el Consejo Directivo del Instituto según las necesidades e indicaciones que se presentaran. «La índole y funcionamiento de esas cátedras se entenderá ampliamente en el doble sentido de que, por una parte, los profesores estimulen y dirijan la profundización y la investigación en su caso, y, por otra parte, encuentren en su propia función estímulo, motivo y facilidad para dedicar ellos mismos actividades en esa dirección».

El Consejo Nacional de Administración envió el proyecto a la Asamblea General, pero redujo a seis las veinte cátedras que el primitivo establecía. No llegó a ser tratado por las Cámaras.
En 1938 el Poder Ejecutivo, mientras era ministro de Instrucción Pública Eduardo Víctor Haedo, envió a la Asamblea General un proyecto de creación de una Facultad de Humanidades y Ciencias dividida en cinco secciones: a) Ciencias Físico-químico-naturales, b) Letras (Literatura e Historia), c) Filosofía, d) Bellas Artes (Dibujo, Pintura y Escultura), e) Pedagogía.

El Consejo Directivo de la Facultad podría otorgar el título de doctor en cada una de las especializaciones comprendidas por dichas secciones y el diploma de profesor por cada uno de los cursos completos comprendidos por ellos, así como el título de profesor de enseñanza media en Filosofía, Letras e Historia.

La Comisión de Instrucción Pública de la Cámara de Representantes introdujo diversas modificaciones al proyecto del Ejecutivo. Entre otras, eliminó la sección de Bellas Artes por considerar que ellas necesitaban «su sitio propio en la universalidad de la cultura, y no puede una Facultad de Humanidades y Ciencias abarcar, sin mengua para su obra esencial, esta actividad, que solo sería en ella un órgano secundario y menos atendido, perdiendo jerarquía y realidad». Asimismo, suprimió la sección de Pedagogía porque, en su concepto, correspondía a la necesidad creada por problemas que debía resolver la sección de Enseñanza Secundaria y Preparatoria. Aprobado en esas condiciones en la sesión del 10 de setiembre de 1941, pasó a la Cámara de Senadores, cuya Comisión de Instrucción Pública eliminó la división en cuatro secciones a que habían quedado reducidas la seis del proyecto original del Ejecutivo, por considerar que era preferible que la ley no lo estableciera preceptivamente; expresaban que lo esencial en ese momento era constituir la Facultad y determinar sus funciones principales, dejando a la autoridad docente la organización de los cursos en la forma en que lo juzgara más adecuado hasta que la experiencia permitiera una reglamentación eficaz. En cuanto a la formación del profesorado de la enseñanza media, que la Cámara de Representantes había suprimido del proyecto del Ejecutivo, quedaba de nuevo establecida como uno de los fines de la Facultad.
Este proyecto fue sancionado por el Senado el 30 de diciembre de 1941.

El 18 de enero de 1943, el Poder Ejecutivo, con el doctor Cyro Giambruno como ministro de Instrucción Pública, solicita al Consejo de Estado la consideración de un proyecto de decreto-ley por el que se creaba una Facultad de Humanidades. Las funciones que le adjudicaban eran: a) Investigación y enseñanzas superiores de Filosofía, Letras, Historia y Pedagogía, y b) formación del profesorado de enseñanzas secundaria y normal.
Vigente este decreto-ley, permaneció suspendido en sus efectos.
El 15 de marzo de 1943 el diputado doctor Dardo Regules presentó a la Cámara de Representantes un proyecto de ley ya estudiado e informado por el Consejo de Estado que no llegó a tratarse antes de que finalizara su gestión.

La diferencia fundamental con el proyecto del doctor Giambruno —además de la eliminación de la cláusula por la cual se encomendaba a la Facultad la formación del profesorado de enseñanza media— era que restablecía para la nueva Facultad su dependencia de la Universidad, contra la autonomía concedida por el primero.

El 13 de noviembre de 1944, el mismo doctor Regules presentó a la Cámara de Senadores otro proyecto más reducido, capaz de merecer sin dificultades el apoyo de los diversos sectores parlamentarios y que el rector de la Universidad, doctor José Pedro Varela, había sometido al Consejo Central Universitario. Sintetizando las diversas iniciativas, la Comisión de Instrucción Pública del Senado presentó el proyecto definitivo.

Fachada de la sede de la Facultad de Humanidades y Ciencias en el período de 1947 a 1973. Fotografía tomada entre 1985 y 1986
Actualidad 4

La facultad es la principal institución universitaria para el desarrollo de las ciencias humanas en el país. El fomento de la «investigación pura» o teórica que aporte al conocimiento original, así como los estudios en materia cultural, son rasgos distintivos del desarrollo de las humanidades en la Universidad.

El enfoque crítico para interpretar los fenómenos de la realidad es otro rasgo, vinculado y reforzado con el compromiso político y social asumido en las luchas por la autonomía y el cogobierno y, luego, contra el autoritarismo, la dictadura y la intervención. En 1973, con motivo del golpe militar, la FHC fue intervenida hasta 1984 y al año siguiente se reinstalaron sus autoridades y órganos de cogobierno legítimos.

En 1990, tras la creación de las facultades de Ciencias y de Ciencias Sociales dentro del ámbito de la Udelar, nuestra facultad se escindió y pasó a denominarse Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE).

A más de setenta años de su fundación, la institución ofrece ocho licenciaturas: Historia, Filosofía, Letras, Lingüística, Educación, Antropología, Biología Humana (compartida) y Turismo (en Maldonado y binacional en Salto).

También forman parte del organigrama académico de la Facultad los Centros de Estudios Interdisciplinarios Latinoamericanos, Uruguayos, Inmigratorios, Gallegos y el Centro de Lenguas Extranjeras, así como la Cátedra Unesco Agua y Cultura y el Observatorio de Políticas Culturales.

Por otra parte, en los últimos años se han diversificado los estudios de grado y han sumado la modalidad de tecnicaturas: Interpretación Lengua de Señas Uruguaya-Español (en Montevideo, Salto y Tacuarembó), Corrección de Estilo, Museología, Bienes Culturales (opción Historia Regional y Local, en Paysandú y opción Patrimonio, en Tacuarembó) y Dramaturgia (con la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático).

A nivel de estudios de posgrado, la facultad imparte la Maestría en Ciencias Humanas con ocho opciones. También se dictan maestrías compartidas con otros servicios del Área Social, el Consejo de Formación en Educación de la ANEP y el Espacio Interdisciplinario. Además de la reciente implementación del doctorado, con cinco opciones.

En el interior del país se desarrollan enseñanza, investigación y extensión permanentes en los Centros Universitarios Regionales en seis departamentos: Maldonado, Rocha, Salto, Paysandú, Tacuarembó y Rivera.

Junto con las facultades de Información y Comunicación, Ciencias Económicas y de la Administración, Derecho, y Ciencias Sociales, y con el Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes y la Escuela Universitaria de Música la FHCE integra el Área Social y Artística de la Udelar.

1https://legislativo.parlamento.gub.uy/temporales/leytemp4350156.htm

2Blanca París de Oddone (cord.) 1995. Historia y memoria, medio siglo de la facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. MVD FHCE

3«Antecedentes de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación» en 70 años de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, FHCE. Agosto 2016.

4«Siete décadas de continuidad y cambios», Álvaro Rico, en 70 años de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, FHCE. Agosto 2016.

Fuentes:

Blanca París de Oddone (cord.) 1995. Historia y memoria, medio siglo de la facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. MVD FHCE.

70 años de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, FHCE. Agosto 2016.



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